La imagen de Butragueño era una bicoca que no podía desaprovechar la industria del videojuego español. Desde que Fernando Martín Basket Master [el básket y el máster van sin acento] le reportara a Dinamic una ingente suma de dinero en 1987, a todos los grandes estudios de la Edad de Oro del software español les quedó más que claro que colocar a un deportista español de elite en la portada de un juego era sinónimo de ventas aseguradas. Así desfilaron por los Amstrad, Spectrum, Commodore y MSX de la época los rostros del citado Martín, Aspar, Míchel, Carlos Sáinz o Perico Delgado. Hasta Poli Díaz protagonizó un título de boxeo en Opera Soft y Ángel Nieto, ya retirado, también tuvo su momento de gloria.
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El culebrón de Emilio Butragueño, contado por Jaume Esteve
Chips con solera
Este artículo se publicó en el suplemento de El Dominical, el 12 de marzo de 2006.…