Ideas e inventos buenos hay muchos, pero lamentablemente algunos no llegan a tener el éxito que sus creadores esperan por la falta de apoyo de los desarrolladores de software. Ocurrió en 1994 cuando Sunrise lanzó la tarjeta GFX9000 a un precio muy alto, al alcance de muy pocos bolsillos y, lo que es peor, con poco software que le sacara partido.
La historia nos ha dejado meridianamente claro que es necesario que tanto creadores de hardware como programadores de software unan sus fuerzas para trabajar al unísono y hacer de una pieza de hardware algo útil. Y de ahí a llegar a ser un éxito o por el contrario un fracaso es algo que dependerá finalmente de los usuarios, del número de usuarios que compren ese hardware.
Más de 20 años después, los brasileños Tecnobytes han creado y distribuido una tarjeta compatible con la GFX9000 y bautizada como V9990 PowerGraph que aumenta las capacidades gráficas del estándar MSX con más colores en pantalla, scroll píxel a píxel y resoluciones más altas, entre otras características. Y estaríamos hablando de un nuevo «hardware florero» si no fuera por el apoyo que ha recibido por parte de varios desarrolladores como bit Vision, FX Software o Assembler en forma de videojuegos para alimentarlo.
Parece que por ahora la cosa va bien. De las reticencias iniciales (la historia nos ha golpeado varias veces con el llamado vaporware) hemos pasado a la esperanza al saber que hay varios desarrollos en marcha (Losaben Akel y una adaptación del clásico Ghost’n Goblins de Capcom). Y finalmente hemos alcanzado el éxtasis al contemplar con nuestro propios ojos que el primer juego específico para este hardware es real: Codename: INTRUDER.
¿Qué nos deparará el futuro? Aún es pronto para dar una opinión fiable. Esperemos que los proyectos mencionados anteriormente lleguen a buen puerto y que otros se sumen a ellos en un futuro no muy lejano. Solo entonces podremos decir que la relación de simbiosis entre hardware y software ha dado buenos frutos.
Sin duda estamos ante una cadena cíclica donde los juegos impulsan las ventas de PowerGraph y viceversa: al aumentar el parque de usuarios de este hardware los desarrolladores se animan a crear. Y en esta situación los mayores beneficiados seremos nosotros, los usuarios.