Review escrita por Parapam.
Aunque en la práctica el juego no recuerda en absoluto al Pac-Man, sí que es cierto que su esencia se basa en aquel mítico juego. En esta ocasión, Hudson Soft nos sitúa con Driller Tanks en un tanque excavador, justo como el título sugiere. Aunque no sea extrictamente necesario, el desarrollo de la partida si que nos obligará a movernos a través de las porciones de túnel subterráneo que componen la pantalla, que hacen en esta ocasión de «pastillas pequeñas» típicas de los comecocos.
Comienza el juego. El menú principal nos muestra con todo detalle quienes somos, cuál es nuestro objetivo y quiénes serán nuestros enemigos. Nos movemos por un escenario subterráneo, compuesto por porciones de tierra naranja (taladrables) y paredes amarillas (irrompibles) que delimitarán nuestra trayectoria en la mayoría de niveles. En la parte superior de la pantalla tenemos la superficie a la que podremos acceder libremente. En ella se encuentra el palacio, que será nuestro objetivo a defender del ataque de los «Mammoths».
Los «Mammoths» a pesar de su nombre parecen más bien serpientes cabezonas con rayas blancas y violetas. Ellos no tienen necesidad de taladrar. Pueden traspasar directamente las zonas de tierra naranjas «taladrables» aunque eso si, se desplazan más lentamente por ellas que las zonas ya taladradas.
Aparte si los tenemos cerca nos pueden churrascar con una ráfaga de fuego, aunque con solo rozarlos bastará para perder una vida. Por suerte nuestro tanque no es inútil del todo y dispone de una contramedida de ataque. Basta con congelarlos (barra espaciadora) y después cargar contra ellos rápido, moviéndonos hacia la dirección en la que están para que nuestro taladro los haga pedazos. Esto habrá que hacerlo enseguida ya que si se descongelan y les tocamos saldremos mal parados. Para finalizar el nivel debemos acabar con todos los Mammoths de la pantalla.
Aparte de los Mammoths tendremos otros enemigos con los que lidiar de manera secundaria. Son los «Skorks», unas especies de arañas tejedoras verdes que salen desde abajo de la pantalla, desplazándose verticalmente y rellenando de nuevo los huecos de tierra que habíamos taladrado. Al contrario que los Mammoths, los Skorks sí pueden traspasar también las paredes amarillas, lo cual nos dará más de un disgusto al aparecer debajo nuestra y quitarnos una valiosa vida. Son más fáciles de eliminar que los Mammoths ya que simplemente con el rayo congelador es suficiente. No es necesario terminar con ellas para pasar de nivel, y tampoco sería posible hacerlo puesto que no paran de salir desde la parte inferior de la pantalla.
Cuando llevemos un rato jugando comenzará a sonar una especie de alarma, que nos indica que los Mammoth van a intentar tomar el palacio. Esto sería nefasto para nosotros puesto que no solo perderemos una vida sino toda la partida, habiendo de empezar de nuevo. Aun así uno de los momentos más divertidos del juego es cuando tenemos a un gran número de enemigos en el nivel y decidimos esperarlos en la superficie, habiéndo de proteger por ambos lados el palacio de un gran número de Mammoths. Aunque pueden subir arriba y tocar el palacio en cualquier momento, solo terminará la partida si lo hacen a partir que suene la alarma. Los enemigos suelen tener tendencia a ir detrás de nosotros, pero en dicho periodo su tendencia será subir hasta arriba y alcanzar el palacio.
En cada nivel tendremos que destruir un número determinado de Mammoths (4, 6 y 8 respectivamente). No es imprescindible hacerlo de una vez ya que si nos matan solo tendremos que acabar con los que nos hayan quedado, sin tener que volver a eliminar a los que hayamos vencido. Cada tres niveles viene uno en el que no hay paredes amarillas, de modo que todos se pueden mover libremente por toda la pantalla. Tras finalizarlo vendrá otra nueva serie de 4, 6 y 8 enemigos pero con mayor dificultad (más velocidad, enemigos menos tiempo congelados, más Skorks…), antes de encontrar otro nivel «sin límites» \r\npero con más enemigos que el anterior, hasta un total de 8. Por ello aunque ya nos estemos repitiendo en el nivel 5, oficialmente tendremos niveles nuevos hasta el 12, correspondiente al nivel sin paredes amarillas con ocho enemigos.
Probablemente nunca llegaremos tan lejos ya que la dificultad del juego crece exponencialmente. El manejo no ayuda a ello. El tanque tarda mucho en responder, especialmente al dar la vuelta (de derecha a izquierda o viceversa). El rayo congelador puede fallar en los momentos menos indicados y si no congelamos a los Mammoths cuando estén justo en la misma línea que nosotros no podremos destruirlos. Otra pega es que a efectos prácticos solo hay 2 niveles, cambiando solo el número de enemigos. Las paredes amarillas están siempre en el mismo sitio. De hecho nuestro tanque siempre recorre el mismo camino hasta el centro antes de empezar. Esto tiene su gracia cuando estamos frente a muchos enemigos, ya que nos encontramos totalmente rodeados desde el principio.
Al empezar el nivel suena una musiquilla acorde a la dinámica del juego. El resto de sonidos no son especialmente destacables, aunque algunos pueden llegar a ser molestos (cuando destruímos un Mammoth congelado).
Cada personaje del juego tiene su animación (nuestro tanque mueve su tractor oruga, los Mammoths pardadean y los Skorks mueven sus patas). El palacio se ve caer hasta el centro de la pantalla cuando es alcanzado, y el resto de vidas que aparecen en la parte superior derecha también giran histéricas, igual que nuestro propio tanque, indicando que la partida para nosotros ha acabado. El resto de gráficos del juego cumplen su función de forma muy raspada.
Puntos a favor
- Juego muy desafiante.
- Grandes posibilidades.
Puntos en contra
- Técnicamente es mejorable, sobretodo el sonido.
- Los niveles enseguida se hacen repetitivos
Valoración
- Gráficos: 60
- Sonido: 50
- Jugabilidad: 70
- Total: 60