Metal Soft vuelve a retar a nuestra mente la mecánica clásica del juego de la serpiente. Tras habernos enfrentado a los retos de los dos capítulos anteriores de la saga, nos llega este tercero que aporta unas cuantas novedades que enriquecen la jugabilidad.
En primer lugar, nuestra serpiente es capaz de comerse algunos muros si antes coge un ítem en forma de signo de exclamación. Es entonces cuando los ladrillos se vuelven de color azul y nos los podemos zampar a gusto. Esto será necesario en algunas pantallas para acceder a determinadas zonas o incluso llegar a las plantas más inaccesibles. Y en segundo lugar existen unas flechas en pantalla que nos obligan a desplazarnos en una dirección concreta y por las que no podemos pasar si intentamos acceder en sentido contrario al que señalan.
Todo esto junto con diferentes niveles de velocidad (seleccionables desde la pantalla de título) hace que las pantallas del juego sean un auténtico reto para el jugador, que tendrá que planear cuidadosamente su estrategia de movimiento para no quedarse atrapado.
A pesar de su simpleza y su dificultad a mí me ha enganchado cosa mala.
Enlace relacionado: MSXdev