Casio (1986)
Tengo que decir que jugué por primera vez a este juego hace dos años y apenas le presté atención. Pero hace cosa de dos meses me topé con él de nuevo , casi por casualidad y me decidí a probarlo en profundidad. Fue entonces cuando verdaderamente me llamó la atención por su sencillez y la dificultad que nos plantea desde el primer momento. Tengo que reconocer que los juegos de puzzles me encantan
Moai no Hihou o Secret Treasure of Moai (en cristiano) es un juego de puzzles donde tomamos el papel de un pequeño ratón (o un animalito parecido) que tiene que abrirse paso a golpe de martillo a través enrevesados niveles llenos de bloques de piedra con formas geométricas.
El objetivo en cada pantalla es el mismo: conseguir llegar a la puerta que nos llevará al siguiente nivel. Para ello disponemos de un tiempo limitado, un factor a tener en cuenta pero que en la práctica nos sobrarán segundos en los primeros niveles. Cada cierto número de niveles apareceremos en una cueva llena de diamantes. Hay que coger el mayor número de ellos para aumentar nuestra puntuación.
Además de nuestro martillo, disponemos de la ayuda de unos pilares que serán necesarios en algunos niveles. No penséis que los llevamos en nuestro equipo, sino que es necesario que los encontremos primero en la pantalla rompiendo algunos bloques. Una vez conseguido el icono correspondiente (una especie de I), podremos usar los pilares para sujetar las piedras y que no caigan. Para ello simplemente pulsamos ABAJO.
El número total de niveles del juego lo desconozco, pero intuyo que serán bastantes como para mantenernos entretenidos durante un largo tiempo. Yo no me he aventurado más allá de la pantalla 10, donde me he quedado atascado y sin ganas de seguir por hoy. Precisamente el factor clave del juego es su elevada dificultad ya que cada error que cometamos nos puede costar caro. Si morimos empezaremos desde el principio del nivel…
Si ya de por sí los niveles son complicados de resolver, nos acompañará una serie de enemigos que tendrán la manía de colocarse en el lugar menos oportuno, casi siempre por donde tenemos que pasar. Los enemigos son variados en su forma y color, pero casi todos realizan los mismos movimientos (en círculo, en línea recta, etc.) Solamente el fuego y los demonios avanzarán por la pantalla en nuestra búsqueda. ¿Qué podemos hacer con ellos? Poco podemos hacer. No tenemos ningún tipo de armamento por lo que nuestra única arma será el ingenio. Quizá habréis pensado que podríamos darles un buen martillazo en la cabeza (lo cual sería una salvajada) pero no. La única manera de acabar con ellos es dejarles caer encima un pesado bloque de piedra. La otra opción (muy respetable, eso sí) es esquivarlos haciendo uso del salto.
Los gráficos son muy sencillos, solamente el sprite del protagonista destaca sobre el resto, decorado y los enemigos. En este aspecto, lo que más me gusta son las escenas entre fases en las que nuestro simpático osito se pasea por delante de tres estatuas llevando un preciado diamante sobre su cabeza. De todas maneras el juego no pretende ser un alarde de técnica sino un entretenimiento rápido y sin complicaciones. No podemos pedirle más.
En cuanto a sonido, lo mejor sin duda es la melodía que suena durante la partida. Es bastante animada pero después de un rato machacará nuestras neuronas. el resto de efectos de sonido son correctos y ayudan a animar el juego. Un juego sin efectos de sonido para mí es como un jardín sin flores.
Como las plataformas tienden a caer sobre nuestra cabezas, es necesario que el control del personaje esté a la altura de las circunstancias. El juego lo consigue con creces, así que huir de los enemigos o evitar ser aplastados será una maniobra rápida y eficaz. Sin embargo, la colocación de los pilares exige un poco más de destreza pues no será la primera vez que creamos haber colocado uno y encontrarnos espachurrados bajo una gran losa de piedra. Conviene practicar este movimiento con anterioridad. Las teclas que usaremos para manejar a nuestro héroe son: GRAPH para saltar, ESPACIO para golpear con el martillo, F1 para suicidarnos si nos hemos quedado atrapados o hemos realizado algún movimiento incorrecto (no hay vueta atrás); y por último los CURSORES para desplazarnos por la pantalla. Si os gusta más el joystick, también podéis usarlo para jugar.
Para terminar diré que el juego merece la pena a pesar de su sencillez, si os gustan los puzzles, claro. Moai no Hihou os planteará retos casi imposibles que pondrán a prueba vuestra paciencia e ingenio para salir del atolladero. Gráficos y sonido simples pero una gran jugabilidad hacen de este juego una pequeña joya de nuestro sistema.