Un recorrido por la historia de los videojuegos españoles (que no fueron pocos).
Artículo originalmente publicado en MSDOX el 21 de febrero de 2003 y escrito por Fernando Rodríguez
Indescomp, la rampa de lanzamiento
Creada en 1984, Indescomp fue la compañía que se encargó de distribuir los primeros ZX Spectrum y Amstrad CPC en nuestro país. Su periodo de existencia apenas alcanzó los dos años aunque, además de realizar la distribución de los citados equipos, también se encargó de editar los primeros juegos realizados en España (incluso antes de que Dinamic pusiera en circulación los suyos), que fueron La Pulga, del mítico programador español Paco Suárez, y Fred, de los «geniecillos» Paco Menéndez, Carlos Granados y Fernando Rada. Curiosamente, estos videojuegos tuvieron mucho más éxito fuera que dentro de nuestras fronteras. En concreto, La Pulga fue el primer producto que incorporó scroll a pantalla completa convirtiéndose, pronto, en top 10 en la cuna del videojuego de Europa, Inglaterra. Después de la desaparición de Indescomp, los componentes de la misma terminarían por formar dos compañías míticas: Opera Soft, por un lado, y Made in Spain, por el otro.
Más adelante, los dos juegos pioneros del soft patrio tendrían continuación. Sir Fred sería la de Fred y saldría bajo el sello Made in Spain, mientras que La Pulga 2 sería la continuación del programa de Paco Suárez. Si bien, la segunda parte salió a la venta alrededor de 1990.
Bit Manager, desconocida en su propia casa
Resulta extraordinariamente injusto que la amplia mayoría de usuarios españoles desconozcan la trayectoria de uno de los grupos nacionales que más tiempo lleva en esto y que más fama y prestigio internacional tiene; Bit Manager.
Este sello barcelonés comenzó su andadura en el mundo del desarrollo de videojuegos allá por el año 1989. Por entonces se llamaba New Fronter y trabajaba como grupo independiente contratado por Infogrames. El primer juego que creó fue Timeout, pero su mayor éxito lo constituyó Hostages. Un título de una calidad técnica increíble al que todas las revistas del sector le dedicaron sonoras alabanzas. Otros juegos que editaron, en aquellos tiempos, fueron Mystical, Light Corridor o Norte y Sur.
En 1991, mientras el resto de las compañías españolas se debatían entre la vida y la muerte empresarial, New Fronter gozaba de una gran reputación en el extranjero como equipo independiente, siendo especialmente apreciado por la compañía Infogrames. En la etapa de la transición hacia los 16 bits, el grupo afincado en Barcelona decide tomar una decisión muy arriesgada; dejar el nombre de New Fronter, y con él todo el prestigio ganado, y volver a nacer como Bit Manager. A partir de ahí comenzaba una carrera fulgurante en la programación de consolas. Hicieron versiones superventas como Los Pitufos o Asterix para las plataformas Game Boy y Super Nintendo, por poner algunos ejemplos. Una cosa está clara; no hay en España mejores especialistas en la programación de consolas que ellos. Es una lástima que muchas veces pasemos por alto la brillante trayectoria internacional de este grupo de desarrollo barcelonés.
La gran labor de Microhobby
Sería totalmente inapropiado no destacar la gran labor que, durante el tiempo que los 8 bits estuvieron en el mercado, realizó esta revista. Aunque estaba únicamente destinada a los usuarios del Spectrum, en ella se publicaron los artículos más deseados de todo programador, los concursos más interesantes y los eventos más importantes de nuestro país.
Microhobby ejerció un gran trabajo en varios frentes. Para empezar, ayudó a crear una importante base cultural sobre el videojuego. Se «encargó» de enseñar al usuario de dónde venían los productos que cargaba en su ordenador, quiénes eran los responsables de los mismos y cuáles eran los diferentes títulos que podía encontrar en el mercado. Al mismo tiempo, impartió los primeros cursos técnicos sobre programación que una revista ha realizado en España. Desde completos artículos sobre BASIC, a otros en los que se abordaba el tema de la programación en código máquina y ensamblador, manejo de estructuras de datos o, en general, cualquier tema técnico relacionado con la programación del Spectrum (el ordenador más difundido en nuestro país, con diferencia). Por así decirlo, la influencia que llegó a tener Microhobby entonces fue muy, pero que muy importante.
Y no sólo eso, Microhobby también se caracterizó por ser una tribuna abierta para las personalidades de aquella época. En sus páginas se podían leer artículos de opinión y cursos sobre el diseño de aventuras del maestro Andrés Samudio. Cursos, estos últimos, de un incalculable valor. La famosa «Aula Spectrum», en la que los usuarios más avanzados mandaban sus trabajos de programación contribuyeron, también, a expandir la cultura informática y, sobre todo, a dar un continuo ejemplo a las generaciones que iban llegando para que se interesaran en la creación de videojuegos o programas en general.
Durante el final del reinado de los 8 bits, también se desencadenó una fuerte controversia al hacerse «pública» la fuerte relación entre Dinamic y Hobby Press. De todas formas, y pese a todas las controversias que pudieran existir, y que de hecho existieron, el recuerdo de la labor pionera realizada por Microhobby no debería de olvidarse nunca.
Un gigante llamado Erbe
Pese a que en la actualidad las distribuidoras que operan a nivel de un solo país pasan más bien desapercibidas al haber cedido el protagonismo a los grandes «publishers» internacionales (Infogrames, Eidos, Electronic Arts, por poner algunos ejemplos), durante la época de los 8 bits tuvieron una importancia vital. Erbe fue la distribuidora más relevante en España durante los 80 y principios de los 90, gozando de una gran reputación a nivel europeo que la llevó a estar entre las cinco mejores compañías de distribución del viejo continente. Era realmente increíble ver el enorme potencial que Erbe llegó a tener y, sobre todo, la influencia que ejerció en el mercado nacional. Topo Soft, debido a que sus orígenes se encontraban muy próximos a la distribuidora, siempre estuvo relacionada con la misma. Si bien, Gabriel Nieto, director de Topo, no se cansaría nunca de repetir que a ellos nadie les había regalado nada (no les sentaba nada bien que se les relacionara con Erbe según en qué aspectos).
Lo que es cierto es que Erbe tuvo un crecimiento acelerado que la llevó a verse desbordada de trabajo. De sus más directos competidores, Dro Soft (lo que es hoy Electronic Arts España) fue la que más se acercó a su capacidad de actuación. Otras distribuidoras como Proein o MCM no llegaron a poseer nunca la fuerza de la primera. Por desgracia, la expansión de Erbe fue mal controlada y la distribuidora también acusó, aunque no tanto como las empresas desarrolladoras, la transición hacia los 16 bits. Más tarde, en el año 94, gran parte de las compañías que Erbe distribuía comienzan a marcharse a otras distribuidoras o bien abren algún tipo de sucursal propia en España. De esta forma comenzará el principio del fin del reinado de Erbe. En la actualidad, Proein es la compañía de distribución más importante de nuestro país debido a la impresionante evolución que protagonizó a partir del año 1992.