Entrevista a Jesús Manuel Montané (MSX-Club)

Hoy os traemos a uno de los protagonistas de la época de auge comercial del MSX en nuestro país donde una revista, MSX-Club, supo ganarse a todo el público defendiendo a capa y espada al estándar japonés hasta que, en diciembre de 1991, publicó su último número y con él desaparecieron las publicaciones profesionales dedicadas al MSX. Entrevistamos a Jesús Manuel Montané Juvillá.

  • Jesús, para los que no te conozcan, cuéntanos un poco quién eres y a qué te dedicabas en los años 80/90.

Creo que lo realmente interesante de mi historia empieza el día en que vi un anuncio de Tron en el periódico. No sé lo que me atrajo exactamente del cartel… puede que el hecho de que fuera oscuro, o que transmitiera una cierta sensación de peligro. Sea como fuere, insistí hasta que mi padre me llevó a ver la película al cine, y salí de la sesión completamente transformado. Quería dedicarme a eso,fuera lo que fuera eso. Hacer películas, o videojuegos, o a cantar en un grupo como Journey. No se me ocurría una forma mejor de hacerlo que escribir, porque siempre se me dio bien, y seguir muy de cerca la escena underground del videojuego en Barcelona. Yo tenía 13 años, y todo aquello era excitante… ¡pero excitante de verdad! Poco después del estreno de Tron, inauguraron una tienda especializada en videojuegos cerca de mi casa, quizá una de las primeras en España… ¡y se llamabaTron! Allí conocí a Carlos Mesa. Él, además de ser uno de los propietarios de la tienda, escribía en algunas revistas de Manhattan Transfer, editora de MSX-Extra. Me cayó bien, y yo a él. Como quería hacer algo, lo que fuera, que tuviera que ver con el cine, o los videojuegos, o la música, acabé escribiendo un artículo, lo envié a Manhattan Transfer, Carlos lo recibió, le gustó, lo publicaron, me pidieron otro… y lo publicaron también. Así fue como empezó todo.

  • ¿Cómo llegaste a MSX-Club?

Mis primeros artículos fueron publicados en Megajoystick. Tuvieron un buen recibimiento, y enseguida me pidieron que escribiera para MSX-Club.

  • ¿Qué MSX tuviste?

Un Sony Hit-Bit 75-P.

  • ¿Cuál fue tu juego MSX favorito?

Supongo que nadie lo entenderá, pero… Deus Ex Machina, cuya versión original era de Spectrum. Me apasionaba la idea del viaje a través de la vida de un personaje virtual, escuchando la música de Mel Croucher mientras intentaba descifrar lo que significaba todo aquello.

  • Fuiste director ejecutivo de MSX-Club desde el número 70 (enero 1991) hasta el número 77 (septiembre de 1991), una época en la que la revista tuvo un cambio de aspecto y contenidos. ¿Qué podrías contarnos de tu experiencia al frente de la dirección?

Era la primera vez que dirigía una revista, y me propuse que MSX-Club se adaptara al, digamos, espíritu de los tiempos, sin tener en cuenta la realidad industrial española. En Inglaterra, las publicaciones sobre videojuegos tenían un diseño muy vanguardista, y unos contenidos muy críticos y atrevidos, y pensé que MSX-Club tenía que ser igual de ambiciosa y relevante. Cambié el diseño gráfico. Creé secciones nuevas, incluida una que introducía el concepto de nostalgia en los videojuegos al rememorar títulos míticos… que, en realidad, tenían seis o siete años de antigüedad. Recuerdo que Jaime Rosal, el editor, no entendía nada. Pero me dejó hacer. Aprendí mucho, y se lo agradezco.

  • Tus análisis en la sección Bit a Bit son recordados por los que fuimos lectores de MSX-Club. ¿Eras consciente de que eras alabado y criticado al mismo tiempo por la forma en que lo hacías?

Sí, claro. Recibíamos cartas muy agresivas, atacándome, y otras firmadas por lectores que me consideraban un ídolo. Era muy extraño porque, para mí, aquellos textos suponían un primer acto de expresión artística. No me importaban tanto los juegos como la forma de escribir sobre ellos. Quería experimentar. Una de las reseñas, la de Ghostbusters II, incluía una declaración de amor a mi novia en aquellos momentos, tan codificada que ni siquiera ella fue capaz de comprenderla. Hasta que se lo expliqué. O aquello de primera impresión, segunda impresión, tercera impresión. Estaba estudiando poesía, y se me ocurrió utilizar un formato, digamos, poético. Una locura…

  • ¿Cómo era tu relación con las distribuidoras y desarrolladoras de videojuegos en aquella época?

Peculiar. Con algunos me llevaba bien, con otros no. Hay que tener en cuenta que las revistas de Manhattan Transfer eran consideradas como muy alternativas, rebeldes. Podríamos decir que auténticas. Y se vendían bien. Así que muchos sellos creían que en función de nuestras opiniones, y más en concreto de la mía, un videojuego tenía la posibilidad de triunfar, o de hundirse. Sin embargo, todo era muy relativo. Algunos autores de Dinamic, por ejemplo, me odiaban, pero yo me entendía perfectamente con Pablo Ruíz, uno de los fundadores de la empresa. Y cuando tuve un problema personal, me ayudó a resolverlo.

  • Hubo una polémica con Dro Soft a cuenta de unos juegos que esta compañía iba a regalar 100 juegos a los participantes en las votaciones del Primer Concurso de Artículos Periodísticos y que luego la compañía se negó a entregar. ¿Crees que en esta decisión tuvo algo que ver tus comentarios de los juegos en la sección Bit a Bit?

Podría ser. Aunque intervinieron otros factores. Por aquel entonces, Manhattan Transfer y Hobby Press estaban luchando duramente por hacerse con el mercado de las revistas especializadas, y puede que una de las secuelas fuera el premio. Y las exclusivas publicitarias. Y muchas cosas más.

  • La posición de MSX-Club contra la piratería era clara, sin embargo, Francisco Jesús Martos colaboraba con la revista y bien es sabido por todos que desprotegía juegos originales y creaba versiones en disco a partir de ellas, ¿qué opinas al respecto?

Estoy y siempre he estado en contra de la piratería, porque la víctima de la piratería siempre es el autor. Sin embargo, hoy por hoy, el ciudadano de a pie no es consciente, en general, de que roba al pobre (el autor; y el autor siempre es pobre, creedme) para dárselo a los ricos (los operadores, que comercializan contenidos sin pagar derechos). Es a lo que yo llamo Síndrome Robin Hood. Resolver este grave problema, cultural e industrial, pasa por investigar y publicar los beneficios obtenidos por los operadores gracias a los contenidos que explotan, insisto, de forma fraudulenta, sumados a lo que cargan al usuario por acceder a Internet. En cuanto a Francisco Jesús Martos, no puedo decir mucho. Tuve muy poco contacto con él, y no sabía nada de sus actividades al margen de la revista.

  • En aquella época no existía el flujo de información que disfrutamos actualmente, donde las fuentes de información se cuentan por miles y es factible contrastar información de diferentes fuentes. MSX-Club comentó en alguna ocasión la existencia del juego The Goonies 2 (nunca comentado en la revista) e incluso llegaste a comentar Prince of Persia (comentado en MSX-Club nº75, página 19), un juego que nunca salió para MSX… ¿por qué se hacía esto?

Pues por lo que sugieres, porque no existían fuentes fiables de información. Las nuestras eran, básicamente, las distribuidoras españolas. Nos mostraban prototipos, y nos pedían que escribiéramos sobre ellos. Algunos nunca vieron la luz, aunque se completaron. Publicarlos no era rentable.

  • ¿Cómo viviste la desaparición de MSX-Club en diciembre de 1991? ¿No crees que fue una despedida «sin adiós»?

Nadie sabía si la revista iba a desaparecer o no, pero el mercado daba serias señales de agotamiento desde hacía meses. Un día, Jaime nos dijo que la revista cerraba y la verdad, viendo las cifras de ventas y las pérdidas, lo entendí perfectamente. En cuanto a si fue una despedida con o sin adiós, déjame contarte una anécdota. Si te fijas en la página de números atrasados del último número, verás que sobre la portada del (valga la redundancia) último número, aparece un texto, muy pequeño… ¡último número! Fue idea de Carlos Mesa. Lo hizo a espaldas de Jaime, y lo hizo porque le importaba despedirse de los lectores. Éramos jóvenes, e ingenuos, y una acción como aquella nos parecía, incluso, revolucionaria. Lo cierto es que nadie se dio cuenta.

  • ¿Recuerdas alguna anécdota más de tu etapa en MSX-Club que quisieras compartir con nosotros?

Ya he compartido unas cuantas, pero añadiré otra. En los últimos números de MSX-Club, yo escribía prácticamente todos los textos, utilizando varios seudónimos. Porque no había dinero para pagar a los colaboradores.

  • ¿Tienes algún tipo de contacto con tus antiguos compañeros de MSX-Club?

De vez en cuando, coincido con Carlos Mesa. Y hace poco vi a Jaime Rosal y a su esposa en la presentación de un libro, por pura casualidad. Nos hizo muchísima ilusión. Puede que hagamos algo juntos. El tiempo dirá.

  • Después de MSX-Club, ¿cómo orientaste tu carrera profesional?

Seguí vinculado al mundo editorial durante varios años, escribiendo sobre cine y videojuegos en un montón de revistas, y al mismo tiempo hice algunas incursiones en el mundo audiovisual. Después de convertirme en el Redactor Jefe de PC Manía y desarrollar junto a Tito Klein su reconversión en Personal Computer & Internet, de cuyo primer número me encargué todavía como redactor jefe, supe que no podía llegar mucho más lejos y me volqué por completo en la producción audiovisual. Después, fundé Grupo Estudio. Actualmente soy productor y realizador audiovisual.

  • ¿Sigues el mundillo MSX actual?

No.

  • Aún así quisiera saber tu opinión sobre el estado actual del MSX, con desarrollos nuevos de hardware y software, reuniones, blogs, revistas, etc.

PRIMERA IMPRESIÓN: Están locos, estos romanos. SEGUNDA IMPRESIÓN: Puede que no estén TAN locos. TERCERA IMPRESIÓN: Lo estén o no, me alegro de que el MSX, como manifestación cultural, no haya desaparecido del todo.

  • Para terminar, ¿que te gustaría decirles a nuestros lectores?

Que reflexionen sobre mi respuesta a la pregunta sobre la posición de MSX-Club en contra de la piratería. Nada más.

Agradecemos a Jesús el haberse tomado la molestia de contestar a estas preguntas y lo invitamos a echar un ojo de vez en cuando a la escena MSX que a día de hoy está más viva que nunca. Un abrazo, Jesús.

Enlaces relacionados:

20 comentarios sobre «Entrevista a Jesús Manuel Montané (MSX-Club)»

  1. Yo estaba suscrito. Por una suscripción de un año. De repente dejaron de enviarme la revista a casa. Sin ninguna explicación. Y se comieron el resto del dinero que pagué por la suscripción. EL dinero un chaval de 16 años.
    No acepto lecciones de ética de aquellos que me robaron, me roban y me seguirán robando en el futuro.

  2. Una entrevista muy interesante, desde luego. Gracias a Konamito por su labor y a Montané por proporcionar su visión del MSX desde el mundo editorial.

  3. Habia una tienda de videojuegos con el nombre TRON en Andorra, uff!! que recuerdos! Alli me compre varios cartuchos del Atari2600 y por supuesto del MSX 🙂 La entrevista muy interesante!!

  4. Enhorabuena por la Entrevista. 😉

    Aprovecho para comentar, que yo siento curiosidad por saber quien era, es, Willy Miragal y Rony Van Ginkel (creo que se escribía así).

    Me gustaría saber algo de ellos y ya por pedir una Entrevista. 😉

    Saludetes. 😉

    1. Intentaré hacer lo que pueda. Ya hemos entrevistado aquí a Carlos Mesa y a Jesús Manuel Montané. Seguiré indagando para contactar con el bueno de Willy que desde hace mucho tiempo he querido hacerle algunas preguntas.

  5. Se trata de una buena entrevista, aunque también sería interesante conocer comentarios de los lectores que publicaron programas MSX en dicha revista. Aunque los hay y muchos, me gustaría saber que ha sido de ellos y que recuerdos conservan del Msx.

  6. Hubiese sido interesante, ya que ahí estaba la oportunidad, de preguntarle acerca de esa… emm… ‘leyenda’ que él mismo se encargaba de cultivar: «Jesús Manuel Montané diseñó y programó en 1984 The Arthur’s Crown, el primer videojuego extranjero en alcanzar el número uno de la lista oficial de ventas japonesas»…

  7. Vaya, no conocía ese juego y en google hay muy poca información sobre él. Tampoco sé para qué sistema estaba programado, pero estaría bien que nos lo aclarara por aquí.

  8. Curioso, resulta que el único número que tengo (conservo) de MSX Club es el último, los (pocos) que tuve en su día los vendí, y ése lo conseguí con un lote de juegos y revistas hará un par de años. En su día yo tenía el MSX pero no me podía permitir comprar una revista al mes (a mis 14 años es lo que había). El otro día me descargué toda la colección y vi que era la última. Me la estudié de arriba abajo para encontrar algo parecido a una despedida y no lo encontré… aunque es cierto que había alguna pista aparte del «último número» que no vi: todos los artículos en varias partes se acababan, el Coleccionable del Japón también…

    1. Estimado visitante: este es el segundo comentario tuyo que tengo que moderar en apenas unos minutos. En este caso el motivo es un insulto hacia la persona de Jesús Manuel Montané.

      Como administrador de este Blog no puedo consentir un comportamiento así.

      Saludos.

    1. Hola, Pedro.

      No me gusta editar los mensajes de la gente pero me he visto obligado a hacerlo en este caso porque no puedo permitir que se revelen datos personales de una persona sin su consentimiento.

      Un saludo.

Deja tu comentario sobre esto

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.