Fuente: El PixeBlog de Pedja.
Rememorar elementos que formaron parte de la Era dorada del Software Español siempre es buena costumbre, y suelo hacerlo a través de estas líneas. Seguramente le dedique más tiempo a las compañías más representativas, con Dinamic, Topo y Opera a la cabeza, pero qué duda cabe que, por ejemplo, Made in Spain también merece su reconocimiento. ¿Qué no la conocéis? Pues mal hecho. Ahora mismo os la presento.
El grupo que formó Made in Spain procede en parte de antiguos componentes de Indescomp, una compañía que parió programas tan míticos como Fred, un auténtico hito, sobre todo en Inglaterra donde causó sensación; un juego en el que participó el recordado Paco Menéndez, el cual años más tarde compondría la inolvidable Abadía del Crimen. En Made in Spain tuvieron cabida nombres tales como Fernando Rada y Charly Granados, dos ex-Indescomp, a los que se unieron Jorge Granadosy Camilo Cela, por cierto, que acaba de ser hace muy poquito protagonista de la actualidad informativa española, ya que es presidente de la unión sindical de controladores aéreos. Curioso, cuanto menos, las vueltas que da la vida.
Entre sus lanzamientos de mayor renombre se encuentran Sir Fred, El Misterio del Nilo, Humphrey,Paris-Dakar, o Afteroids, el cual hoy recibe protagonismo en el presente artículo. Decir que tras los lanzamientos iniciales, decidieron crear Zigurat como plataforma de distribución de videojuegos, apadrinando posteriormente a otras compañías programadoras como Arcadia o Gamesoft. Pero esa es otra historia que seguramente revisitaré más adelante.
Por hoy me quedaré con Afteroids, el cual fue concebido enteramente por Carlos Granados, mientras que el arte de su carátula corrió a cargo de su hermano Jorge, quedando todo en casa. Como base del concepto jugable de este particular juego de naves, Granados se inspiró enAsteroids, un clasicazo arcade de Atari en el que se utilizaban gráficos vectoriales y se jugaba mucho con la inercia del impulso de nuestra nave espacial.
Fue este particular movimiento lo que más caracterizó, tanto a Asteroids como al juego de Made in Spain. De este modo, podíamos girar nuestra aeronave tanto en el sentido de las agujas del reloj como en el contrario, para luego dejar pulsado el botón de impulso y propulsarla.
Una vez dejábamos de pulsar dicho botón, la nave no paraba en seco, sino que seguía moviéndose atendiendo a los principios de la física… bueno, más o menos. El caso es que era un manejo bastante complicado de dominar y que provocaba que en más de una ocasión nos topásemos con un bonito y duro asteroide.
En Afteroids se tomó este control y se expandió de modo que Charly diseñase varios niveles en los que debíamos localizar y destruir -con ayuda de un GPS tela de moderno para la época- tanto asteroides como otros bichos interestelares de comportamiento bastante hostil. Además del disparo habitual de proyectiles, con los cuales podíamos ir eliminando estas letales piedras -las cuales tenían mucha mala leche: eso de irse dividiendo en fragmentos más pequeños que salen disparados fastidiaba sobremanera- disponíamos de bombas que acababan con todo lo que se moviese en pantalla, además de poder aprovechar los escasos ítems que de cuando en cuando soltaban los bichejos.
Un planteamiento sencillo y adictivo, algo empañado por la característica dificultad que acompañaban a los juegos de la época, aunque amortiguado sin duda por la buena idea de otorgarnos nueve vidas: todo un detalle, ¿verdad? Versiones para Spectrum, Amstrad CPC y MSX, perfectamente disponibles para que las revisitéis en el correspondiente emulador.
Lo de Camilo Cela me ha dejado de piedra. Siento una gran admiración por la época de los 8 bits y por quienes sacaron adelante aquellos proyectos. Pero descubrir 30 años después que Camilo Cela es el presidente de la unión sindical de controladores aéreos (colectivo por el que no siento ningún aprecio) me deja un sabor agridulce, y me recuerda aquello de que la vida no es ni blanca ni negra.
Admiro y respeto su labor en aquellos tiempos tan legendarios, cuando la programación era más un arte que una ciencia, y en donde la calidad imperaba por encima del dinero. Pero parece que Cela debió cansarse de perseguir quimeras y optó por poner los pies en el suelo sin miramientos ni código de valore potable alguno.
En fin, desprecio al Camilo Cela actual, pero ello no es óbice para que admire al de hace treinta años. Qué mundo. Quién sabe, lo mismo los protagonistas de la época de los 8 bits están sobrevalorados en nuestra memoria, no como profesionales, pero sí cómo personas. ¿Qué descubriríamos si indagásemos en las vidas posteriores de aquellos programadores? Quizás descubriríamos que son personas, con todo lo que ellos implica.
Un saludo y felicidades por esta publicación.
La vida es así 😉 Los programadores de antaño hoy día han seguido suertes diferentes. Algunos siguen ligados al mundillo del videojuego o la programación de software. Otros están desarrollando actividades alejadas de los ordenadores y otros pocos, los menos, están en el paro…
Aunque en la época los teníamos como personajes inmortales hoy día nos damos cuenta de que son seres humanos como cada uno de nosotros.
Lo mejor de todo es que hasta el momento con los que me he topado son buenas personas. Merece la pena charlar con ellos y que compartan sus experiencias del pasado, nuestro pasado.